Pese a las medidas establecidas durante el estado de emergencia nacional en las que los ciudadanos deben cumplir con el aislamiento social obligatorio y la inmovilización social y pese a que las autoridades, agentes de la Policía Nacional del Perú y miembros de las Fuerzas Armadas están en las calles para garantizar el cumplimiento de la ley, los asesinatos en el Callao no paran.
Una mujer con 8 meses y medio de gestación, conocida como “La Gorda Yeni” con historial de distribución de drogas y por mantener el control de la comercialización de la ilegal sustancia en su zona, se sumó a la cifra de las víctimas mortales de la desatada violencia que se vive en el Callao, su vida y la del bebé que llevaba en su vientre se apagaron después de 8 balazos.
En el primer puerto la muerte es para cualquiera, no hay día ni hora, tampoco distingue a inocentes, la cuarentena se salpica de sangre en medio de ajustes de cuentas, balaceras y asesinatos.
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