
Más de 500 familias del asentamiento humano San Juan Bosco duermen entre los escombros tras el incendio del pasado jueves. Los damnificados no quieren alejarse de sus terrenos por temor a los invasores.
Las autoridades colocaron carpas a pocos metros de la zona del siniestro, donde las llamas acabaron con todo a su paso. Sin embargo, algunas personas se resisten a dejar el lugar por temor a que los traficantes de terrenos se apoderen de sus espacios. En el Callao, la mafia de terrenos opera a vista de las autoridades.
Los damnificados instalaron carpas en el mismo lugar donde estaban sus pertenencias antes del incendio. Ellos consideran que personas externas pueden aprovecharse de lo ocurrido y usurpar sus terrenos, por lo que para proteger lo que les pertenece, optaron por pasar la noche en este lugar.
“Hay personas que quieren apoderarse del terreno, que vienen de otro sitio”, afirmó un padre de familia que vive desde hace 20 años en la zona. Varias personas no cuentan con los títulos de propiedad.
Su esposa dijo que necesitan ayudar urgente “porque se quemó toda nuestra ropa” y no tienen cómo protegerse del frío clima de invierno.